En cada fase de producción de nuestros aparatos, un artesano revisa manual y visualmente el trabajo que ha realizado, en busca de imperfecciones. Este control de calidad constante protege una reputación extraordinaria, forjada a mano, desde 1863.
Durante más de 330 años de cambios constantes, hemos aprendido que solo hay tres constantes sagradas en la producción de lo excepcional: la visión del diseñador, la calidad de los materiales y la habilidad del artesano.
Nuestros aparatos han sido diseñados para ofrecer un rendimiento excepcional e inspirar al chef privado a crear obras maestras tan logradas como las que surgen de una cocina profesional. Un lugar que, por cierto, también es nuestra inspiración.